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“Una escuela que se desmorona”

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 “Una escuela que se desmorona” El paso del tiempo no perdona y así poco a poco esa escuela se desmorona, como los sueños de muchos niños… La escuela Darío González, en la Colonia primero de Julio, tiene más de cincuenta años de albergar y educar a más de una generación; a soportado un terremoto, pero no así el paso del tiempo, que sumado a la falta de un real mantenimiento, provoca que se vaya desmoronando lo que un día fue, uno de los edificios icónicos de la educación en la Colonia. Dirán es responsabilidad de la municipalidad de Mixco o del ministerio de educación, más la verdad es que no se toma acción, pues muchos hemos perdido la vocación de servicio. Si, es cierto hay mucha corrupción, pero también mucha indiferencia aunada a nuestra falta de conciencia, pues como vecinos no hacemos nada, como ex alumnos tampoco, se nos olvida que comimos y nos dio sombra los árboles que otros sembraron y hoy que nos toca sembrar nos da pereza y nos decimos, total a mi eso no me afecta, per...

“De carnaval en la escuela”

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 “De carnaval en la escuela” Aquel día, la escuela era un campo de recreo, con niños disfrazados y corriendo como ratones, quebrando cascarones… Previo al inicio de la cuaresma, en las  calles se jugaba el carnaval, con cascarones de colores, rellanados de pica pica y alguno que otro alzado tirando harina y lanzando huevos. En la escuela, las maestras convocaban a sus alumnos y los invitaban a disfrazarse y celebrar el carnaval con un desfile en el perímetro de la Colonia y luego el concurso de disfraces en el patio principal y por su puesto jugar el carnaval. Aquello era una fiesta, en los parlantes se dejaba escuchar la música infantil de aquellos años( PecosBill, Piñocho, La tortuga Manuelita de Luis Avile, así como la música de Cricri entró otras) los niños retocando y quebrando cascarones. Los disfraces, esos no se compraban, sino eran una viva expresión de la creatividad e imaginación, pues se disfrazaban de los personajes de la televisión o de los chistes que leían en e...

“Verónica Otsoy”

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 “Verónica Otsoy” La madures no la da la edad, sino el carácter que se desarrolla con las vivencias… Verónica Otosy, era muy madura para su edad, en aquellos años de escolaridad; cuando uno apenas es un niño a quien lo que más le interesa es jugar y le gusta la escuela pero no madrugar. Verónica era siempre de las primeras que estaba en la escuela, era muy percatada y aplicada; nunca uso el uniforme y en los recreos era de las que les gustaba más conversar con sus compañeras que jugar. Es que Verónica, estaba un par de grados arriba de nosotros en cuanto a su madurez y su forma de ver la vida, aún así compartía y se reía de nuestras ocurrencias.  Su opinión siempre pesaba, por que llevaba el sello de su madurez. Oxwell L’bu copyrights 2023 #EscuelaDarioGonzalez

“Entre la cuarto paredes de un aula”

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 "Entre Las Cuatro Paredes De Un Aula" Aquellos años de mi infancia, transcurrieron entre aquellas cuatro paredes del aula, viendo tantas veces a la vida con el pelo suelto y despeinada.... Todos los lunes, cual ritual que se sigue con devoción, se nos formaba frente al aula, viendo hacia el centro del patio mayor, recitabamostrar la jura a la bandera, cantábamos el himno nacional, se nos daban instrucciones y luego  éramos mandados al salón de clase;  momentos después la maestra  con la solemnidad de quien entra a un aula facultativa, nos poníamos de pie y empezaba a subir la marea en aquellos mares de conocimientos que parecía no tener fin.  Yo era el niño más feliz al salir de la escuela, la cual poco a poco empezaba ha dejar de ser un dolor de muela. .. Fue en aquella aula, donde en vez de seguir la lección,  escribía lo que me dictaba el corazón,  habrá visto usted semejante distracción. ..Fue allí  donde donde vi lanzarse por la ventana a la...

“Tras la sombra de un balón”

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 “Bajo la sombra de un balón” En esos años en que ir a la escuela, para mí, era como un dolor de muela, irme de capiusa y correr tras un balón aliviaba esa tensión. Jugar fútbol era mi única ambición, aquello alimentaba mi ilusión de verme algún día jugando en un equipo de la liga mayor.  Me capiusaba casi todos los días de la escuela y aunque mis primeras maestras pensaban que no sabía leer ni escribir, me dejaban pasar el año, para no tener que lidiar conmigo otro año. Y así entre regaños e ilusiones, iba creciendo a la sombra de un balón. Cuando me iba de capiusa, siempre tenía una pasta de lustrar zapatos, en el bolsón, para que mi mamá no se diera cuenta de que había estado jugando en vez de estar estudiando.  Recuerdo que los capitanes de los equipos de la clase siempre eran Mauricio Gómez y Nelson Morales, ambos muy habilidosos y eran ellos quienes escogían a sus jugadores, en las chamuscas después de clases. Siempre jugué de volante izquierdo, era muy rápido, nunc...

“Hablar con usted…”

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 “Hablar con usted…” Hablar con usted me ha dejado un sabor dulce en el paladar y tengo la impresión qué hay tanto de que decir y sin embargo, me son esquivas las palabras… Por que un caudal de recuerdos inunda mi corazón y corre por mis venas como un alegre manantial que trae con sigo a mis compañeros y amigos, pero sobre todo su presencia. Es que el timbre de su voz, no ha cambiado, sigue siendo aquel, que dejó lecciones de vida en mi corazón, regaños y llamadas de atención, a un niño que usted guiaba con cariño. Que alegría es poderla escuchar y lo sería más poderla abrazar y por un momento volverme a sentir, aquel patojo que como piojo saltaba de lugar en lugar; aquel niño que por su mala ortografía, no quería que nadie supiera que los poemas que se leían eran de él; aquel alumno que si alguna vez brillo fue porque se encontró a una maestra como usted. Con un cariño que desborda mi corazón. Miguel Oswaldo D’Leon R. P.D. Ojalá la vida nos permita cumplir con esa asignatura pendi...

“Si mi maestra supiera”

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***Si mi maestra supiera*** Ah! si mi maestra supiera, las huellas que ha dejando en mi vida, que son como marca sobre el acero. Porque en verdad ella marco nuestras vidas; pues después de papá y mamá, ella fue formadora de nuestros pensamientos. Ah! si mi maestra supiera, que ella fue, mi mayor consuelo,  cuando me sentí solo y abandonado, en ese nuevo mundo, que para mi era la escuela. Si ella supiera que en muchos de los momentos, más sublimes de la vida este niño, ella estuvo presente, con su amor  y cariño. Si mi maestro supiera, que las lecciones que me dió,  hasta hoy son ese referente  al que acudo, cuando no encuentro  una salida. Ah! si mi maestra supiera, que en esas fotografías, de los años escolares, yo la quería abrazar y besar,   pero mi timidez, disfrazada  de respeto me lo impedía. Hoy al ver  a ese  niño, que ella formó y también soportó,  me preguntó que  bueno pudo  ver ella en mí, para que me entregara,...